sábado, 3 de noviembre de 2007

CUENTOMANCIA...

Este es el resultado de un proyecto con el apoyo del CONACULTA y el FOESCAP en su versión 2006. Un agradecimiento a Enrique Pimentel por su apoyo.

XV. El Diablo



Después de la muerte, su destino eran las llamas infernales. Despertó su alma en la caverna con el retumbar de unos pasos. Estaba desnudo y atado con una cuerda por el cuello. Recordó su antiguo pacto: el cambio de su alma por el amor de Lady Ana Gold. De ente las sombras apareció El Gran Cornudo.
–Te di lo que me pediste –la caverna se llenó de su bramido–, reclamo lo que tú me prometiste.
Con sus garras tomó la cuerda y la arrojó en una fosa ardiente. Al golpearse entre rocas, alzó doloroso la vista y en una hoguera se retorcía su amada.
–Perdóname Ana– gritó arrepentido.
–Perdóname tú– se lamentó ella–. Cambié mi alma por tu amor
.

-:- El Loco


Acompañado de su perro cobrizo, el Bufón Real habla con los lobos, los ciervos y las aves cantoras del bosque. Juega con ellos y los alimenta con el pan que carga en su fardel. Al recostarse en los prados, conversa con los árboles y el viento. Corre risueño sobre las aguas del lago y los peces chapotean a sus pies. Al elevarse al cielo, montado en una nube, despierta.
Se asoma por la torre vieja del castillo. Ve a los ladrones salir por las ventanas con sus cuchillos ensangrentados, a los violadores ultrajar niños en los callejones, a los briagos golpear a las prostitutas, y a los cruzados afilar sus armas para ir a la guerra. A un lado, su perro mordisquea una cabeza de cerdo descarnada.
–Fue un sueño –suspiró–. ¡Qué bueno que no estoy loco!